Patricia Martínez

El arte sedujo mi mirada y mi atención desde niña.

La expresión, como sea interpretada, permite manifestar al hombre sus emociones y sentimientos.

En particular, la pintura me produce un enorme placer; al pintar, mi espíritu se expande. A veces, la profundidad de la obra dada por el color me transporta a un mundo irreal.


El arte intenta brindar al hombre momentos de goce y reflexión, sumergiéndolo en las profundidades de su propio mar, ó transportándolo en dirección al infinito intento de alcanzar el horizonte, y es allí, donde la permanente referencia al concepto de lo “sublime” emerge, y no puedo dejar de referirme a Mark Rothko, quien logra que el tiempo se detenga en mi vida cuando contemplo y admiro sus obras, y logra conmoverme hasta las lágrimas, y es algo de lo familiar, un sentimiento de pertenencia que me conecta con él y con su mundo frágil y sensible.

La artista

A Patricia Martínez le gusta tomar un color y probar con él todo lo que puede dar. En sus obras se nota cómo va buceando e indagando sobre las distintas tonalidades y matices. Maneja muy sabiamente el acrílico y el óleo y es increíble ver cómo desde adentro de la obra a veces sale una luz tan potente que parece artificial.
Se trata de una artista autodidacta que ha realizado numerosas muestras individuales en el país y en el exterior y ha participado de las más importantes ferias de arte.

El arte es la expresión más auténtica del alma. Me gusta jugar con la fuerza del color y con la espontaneidad de las mezclas. Y cuando veo como se integran los elementos, dialogo y disfruto con mi propia obra.

La tela es un espacio puro, intimidante y provocador; que me invita a convertirla, a través del color, en vida intensa.

Mi relación con el Arte siempre fue muy amigable.

La pintura atrajo particularmente mi atención desde siempre.
Nunca me dediqué profesionalmente a su estudio. Seguí Ciencias Económicas y Licenciatura en Psicología. Trabajé muchos años en la profesión y me sentí muy gratificada por ello. Sin embargo, y gracias a un acontecimiento fortuito, seguido por una cadena de acontecimientos fortuitos, las circunstancias me acercaron decididamente a la pintura, y allí me quedé. Instalé un pequeño taller en mi casa, y allí es donde pinto. Tengo buena relación con el color, y es siempre un desafío convertir el canvas, absolutamente blanco en un mágico encuentro de emociones, colores y aventura.

OPIONIONES

Julio Sapollink

EL ARTE ARGENTINO Y SUS PROTAGONISTAS

Lic. Historia de las Arte

Patricia Martínez tiene una particular relación con la pintura: comenzó a tomar los pinceles, después de disfrutar contemplándola, después de sentir de un modo propio todo lo que la pintura podía trasmitir. Desde ese aprendizaje autodidacta, su pintura es sincera. Intenta conmover del mismo modo en que ella se conmueve. No participa en debates vanguardistas ni necesita del tutelaje intelectual sobre lo que debe ser una obra, Patricia pinta para crear sobre la tela una sugerencia de emoción. Todo está dicho a través de la naturalidad con que distribuye la luz permitiendo obtener campos coloreados que, como en una sucesión de ideas, se encadenan entre sí e irradian una luminosidad especial que asoma desde la obra misma. La pintura de Patricia Martínez es una combinación sensible de pasión y color. Sus obras nos inducen a una contemplación silenciosa en un encuentro para escuchar las propias pulsaciones.

Rosa Faccaro

LOS DESTACADOS DEL ARTE ARGENTINO

Ediciones Institucionales

Dentro de la tendencia abstracta de la pintura argentina, más allá de las vanguardias Históricas, podemos inscribir la obra de Patricia Martínez en los denomnados pintores contemplativos. Es en el expresionismo abstracto que surge esta noción de contemplación; los artistas que la practicaron, se relacionaron con el budismo Zen, disciplina que repercute indefectiblemente en la conducta meditativa del creador.
Mark Rothko ha sido uno de los mayores representantes de esta tendencia, que expresaron, a través de la fuerza de la horizontalidad de la superficie, una percepción de equilibrio, que pintada en grandes franjas, en uniones fluctuantes, provocan un efecto singular en los niveles expansivos de la conciencia. El estado de flotación constante de esta obra, fuera de la pulsión energética, como lo fue la pintura en acción, se contrapone a esta corriente, que tiende a ver en la obra, serenidad y descanso, e incita a una iniciación a la vida contemplativa.
El poder multisensorial del color y la materia, nos habla de un espíritu que indaga en lo profundo del alma, que busca relacionarse con valores trascendentes.
El estado del interior se evidencia en esa calma de la textura y el color, y de la sinuosidad de los intersticios que abren las superficies para respirar como las plantas.
La obra constituye un ente orgánico, como un telón suspendido en el espacio.

Gabriela García Morales

Las obras de Patricia producen un impacto como lo hace la emoción y el encuentro sorpresivo. Seguramente tengan que ver con el modo en que llegó el arte a su vida.

Mercedes Rodrigo

DASEIN

Revista Catálogo de Arte

El lenguaje que utiliza guarda rasgos constructivistas que van más allá del orden, buscando, además, la rusticidad a través de la materia.
La obra de Patricia Martínez conforma y ofrece en sí misma diferentes tramas, en un despliegue creativo con experiencia de percepción estética”.

César Magrini

EL ARTE ARGENTINO HACIA EL MUNDO

Ediciones Institucionales

Patricia Martínez es una llamativa pintora que con sus obras, que recorren caminos inéditos, concreta el milagro de convertir casi totalmente la abstracción en una declarada figuración, con presencia de los cálidos, en agudo contraste con los fríos, según lo estipulan las necesidades de su muy expresiva paleta, con efectos visuales hermosísimos, especialmente en los ojos de quien contemple, hechizado, las pinturas que obligan a reconstituir formas y colores allí, donde muchos alegan, peregrinamente, que no tienen nada que ver ni que descubrir.
Los trabajos de esta madura creadora, revelan un ejercicio estético muy pronunciado, así como extenso y profundo nivel indiscutidamente artístico. Esto está generosamente evidenciado en sus cuadros, verdaderos testimonios de un arte que no es menor, sino que sus entregas corroboran que la autora sabe cómo decir lo que esencial y elocuente, sobre todo cuando se eluden las maneras comunes y adocenadas de mostrarlo.

Daniel Pérez

EL LIBRO DE ORO DEL ARTE ARGENTINO

Ediciones Institucionales

Suspendidos en la confusión y el desamparo que atraviesan todas las etapas de nuestra existencia, como un persistente sonido de fondo, miramos hacia el incierto futuro y procuramos desentrañar las promesas y las amenazas que colorean nuestro porvenir.
El camino que recorren las pinturas de Patricia Martínez las envuelve en los acentos de una penetrante metáfora especular donde mares profundos y cielos transparentes se replican en obras dominadas por una compleja plenitud, donde las franjas de color alternan las notas graves y agudas, y adquieren la personalísima respiración de la palabra “Estilo”